Lo que la memoria calla

Artículo publicado en LIBERTAD DIGITAL Opinión/España  2013-08-02

por DSC00020

El 11 de septiembre se cumplen 41 años del golpe militar en Chile. Con el fin de recordar y nunca olvidar la brutalidad de la tortura y la desaparición de chilenos durante la dictadura, visité hace unos días el Museo de la Memoria, en Santiago. Es un valioso testimonio que debe ser preservado; pero es un museo que queda trunco porque deja sin explicación el cómo se pudieron llegar a cometer esas atrocidades.

Por ello, sería un gesto de sentido democrático que el Museo de la Memoria ofreciese al visitante la comprensión del clima político existente los años previos al golpe militar exponiendo diversos puntos de vista, hechos históricos, apreciaciones personales expresadas en cartas, entrevistas, fotos y videos, para que cada visitante saque su conclusión personal y tolere la de otros.

No para justificar, porque la tortura y la violación de los derechos humanos, ya sea en nombre del comunismo o de las dictaduras de derecha, no tienen justificación algDSC00019una, sino para entender cómo se llegó al quiebre de la democracia y a la desconfianza entre los chilenos. Pierre-Henri Teitgen, quien fuera prisionero de guerra y testigo de las atrocidades cometidas por los nazis, dijo que «ningún país se convierte en totalitario de la noche a la mañana». Tampoco se llegó a la dictadura de Pinochet «de la noche a la mañana», pero sobre ello el Museo de la Memoria calla y esto, indudablemente, no es casual.

¿Qué es lo que no nos dice el Museo? O, dicho de otra manera, ¿qué ocurrió en Chile? La carta que el expresidente democristiano Eduardo Frei Montalva dirigió a Mariano Rumor en noviembre de 1973 nos ayuda a comprender:

Este país ha vivido más de 160 años de democracia prácticamente ininterrumpida. Es de preguntarse, entonces, cuál es la causa y quiénes son los responsables de su quiebre. A nuestro juicio la responsabilidad integra de esta situación – y lo decimos sin eufemismo alguno– corresponde al régimen de la Unidad Popular instaurado en el país.

Hay que recordar, dice Frei, que el régimen de la Unidad Popular fue elegido por poco más de un tercio de los chilenos (36%), y estaba en minoría no sólo en el Parlamento sino en los municipios, las organizaciones vecinales, profesionales y campesinas, los sindicatos del cobre, los académicos etc. Sin embargo, las fuerzas de la Unidad Popular,

en vez de reconocer este hecho y buscar el consenso, trataron de manera implacable de imponer un modelo de sociedad inspirado claramente en el marxismo-leninismo (…) En esta tentativa de dominación llegaron a plantear la sustitución del Congreso por una Asamblea Popular y la creación de Tribunales Populares, algunos de los cuales llegaron a funcionar, como fue denunciado públicamente.

Frei continuaba de esta manera:

Pero cabe preguntar: ¿qué ocurriría en cualquier país europeo en que la Corte Suprema de Justicia declarara que el Gobierno ha atropellado la ley y no ha acatado las sentencias judiciales? ¿Qué ocurriría si el Congreso aprobase reformas constitucionales y el Ejecutivo se negará a promulgarlas? Lo curioso es que el Partido Comunista y el Partido Socialista durante todos los Gobiernos anteriores en que estuvieron en oposición la ejercieron en forma extrema (…) Recurrieron a la injuria, a la violencia, y el Partido Socialista una y otra vez manifestó que no respetaba el orden legal y democrático (…) Cada vez que había una huelga o un conflicto, el señor Allende y los partidos Socialista y Comunista lo promovían o acentuaban para llevar a un extremo la situación.

Esta carta y otros documentos históricos similares debieran poder leerse como prólogo necesario al relato de la brutalidad de la dictadura. Pero ello jamás hubiese sido aceptado por quienes, como el Partido Socialista y el Partido Comunista, tanto aportaron a la destrucción de la democracia chilena. No hay que olvidar que la principal promotora del Museo fue una militante del Partido Socialista: la presidenta Michelle Bachelet.

Los chilenos se merecen una memoria histórica que no sea trunca, no para justificar sino para entender y no volver a poner en riesgo los fundamentos de la democracia. Ello debe ser recordado hoy más que nunca, cuando de nuevo vemos que la misma Michelle Bachelet juega al cambio institucional, aunque ello requiera el quiebre de la institucionalidad. Sus declaraciones han sido enfáticas respecto de las vías para cambiar la Constitución actual: «Yo no le cierro la puerta a ninguna opción». Su asesor jurídico, Fernando Atria, ha sido aún más explícito al afirmar:

El problema constitucional chileno es algo que tendrá que resolverse por las buenas o por las malas.

Pena por Chile si tales amnésicos históricos se hacen con las riendas del poder.

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12 pensamientos en “Lo que la memoria calla

  1. Podría admitir una «memoria trunca» , sin embargo haber sido testigo del cruel desabastecimiento que había el día 10 de septiembre del 73 y que el día 12 hayan estado todos los almacenes llenos de mercaderías, los fundos con sus animales pastando tranquilamente (Rancagua, Valle del Cachapoal, Machalí), también llama a dudar de si no fue algo premeditado, porque como siempre los ciudadanos de a pié sufrimos esa situación, no los detentores del poder económico. Fui opositor a Allende, incluso lideré movimientos y en otros participé previendo que hacer, pues se rumoreaba fuertemente la intervención de las fuerzas armadas. Llegaron efectivamente, pero su actuar es conocido y ahí está el Museo para mostrarlo. No es posible que por muy armados que hayan estado unos pocos extremistas hayan sufrido el rigor inculto y amparado por las armas de los uniformados, fue un golpe militar, fue una dictadura; entiendo que hasta el año 74/75 hayan habido matanzas, pero que el año 86/87 siguieran asesinando justifica el Museo, yo lo defiendo, yo lo viví: Es fácil escribir desde un escritorio, los cientistas políticos son teóricos sin historia, y en Chile los militares la quemaron, como destruyeron muchos testigos de esa historia.

  2. La única opinión contraria a una consideración completa e íntegra de los acontecimientos es también la única de lenguaje violento y atrincherada en su posición con contumacia. ¿Qué más significativo ???

  3. se hace el museo de la mala memoria a conveniencia de los que usan al necesitado para poder llegar al poder y envenenar las almas de los que ni siquieran estuvieron ahi…seria bueno que el museo de la memoria fuera sin alzhaimer..porque se les olvido las atrocidades desde 1970 al 1973….los derechos del pais totalmente quebrados y destruidos, por el horroroso gobierno de Allende, donde todavia no entiendo…¡¡¡que fue lo maravilloso??

  4. ¿imagina Ud. trasladar este razonamiento a la Alemania nazi? Decir que hubo un momento histórico de conflicto e ideas llevadas al extremo por encima de los derechos humanos, es una obviedad. Pero la responsabilidad de los actos cometidos, es de quien los comete. En este caso, de los horrores cometidos. ¿Cómo puede Chile dar por buena una constitución escrita por los golpistas? ¿De veras creen que no se puede mejorar? La derecha Chilena podría contribuir al debate en vez de negarlo. A no ser que se sienta suficientemente cómoda con las reglas del juego actual, que perpetua un sistema anti-social y que persigue eternizar los privilegios de quienes llevan mucho tiempo siendo dueños de los recursos y, la democracia, les resulta secundaria.

    • Estimado David,
      Su primer razonamiento apunta a una cosa elemental. Cada uno es responsable de lo que hizo y se trata de establecer justamente eso.
      Es cierto que todos han guardado silencio sobre sus responsabilidades. Se han dedicado a apuntar las del otro. Así, no se avanza.
      Es cierto lo del origen de la Constitución pero luego vino una legitimación. Es necesario recordar que las más de 200 modificaciones hechas a la Constitución fueron hechas en los 20 años de la Concertación. La Constitución chilena,lleva acualmente la firma del socialista Ricardo Lagos.

      Reciba usted un cordial saludo

  5. El Museo de la memoria , tal como esta diseñado, solo alimenta el odio y el rencor, tal como dicen esta trunco hay que ser objetivo y colocar toda la verdad.

    • hugo, estoy seguro que si la derecha tuviera justificados antecedentes, con tribunales de justicia subyugados al uniforme, sin prensa libre, difícil convivir en paz; antes de ello, durante el gobierno de Allende se vivió un enfrentamiento entre el poder económico y las acciones populistas del gobierno. Frente a ellos la mayoría de los chilenos nos opusimos, el desabastecimiento fue la herramienta que utilizaron los poderes económicos para intentar desestabilizar a Allende, lo consiguieron con el golpe militar, que al comienzo muchos aplaudimos, pero que con el correr del tiempo, a pesar de la desinformación con que las FFAA gobernaban se comenzó a saber de las atrocidades que cometían en nombre del patriotismo, una falacia que recién se vino a condenar después del cambio a la democracia. No soy dueño de la verdad, pero quizás estoy un poco mas cerca de ella, la viví y sufrí, no tengo rencor, solo impotencia de la incomprensión de algunos que creen que Chile es lo que es desde hace casi 4 años.

  6. ESTÁ CLARO QUE SE BUSCA EL EMPATE. Eso es imposible. No existe justificación posible para los abominables crímenes cometidos con el GOLPE y los 17 años posteriores. Quienes vivimos sin los privilegios militares ni la protección dispensada a la derecha, podemos dar testimonio de ello.. Del ejercicio permanente de cruel terrorismo de Estado, que nunca se conoció antes en Chile. ¿Qué otro punto de vista podría justificar tal magnicidio ? Pataleo de militares que perdieron toda dignidad, y una derecha que añora esa ´dolorosa época en que se enriqueció como nunca antes, gracias a un auténtico y traidorzuelo TONTON MACOUTE, que casualmente tuvimos la desgracia de soportar por tantos años

  7. La mentira se alimenta de mentiras, entonces construyen aparentes verdades que crean otras verdades que nacieron de la falsedad. Cualquier realidad o verdad sesgada es una mentira. Así ocurre con el «museo de la memoria», que mejor llamaría el museo de la mala memoria, como baluarte de la falsedad y la maledicencia institucionalizada por los gobiernos de izquierda. Pero también candorosamente aceptada por el actual gobierno, creo que por temor.

  8. Cuan cierto es lo planteado, el museo de la memoria yo le llamaría «MUSEO DE LA MEMORIA TRUNCA», ya que como dices es solo la mirada de un solo sector de nuestro país el que está representado en el. Hemos pedido, mas no exigido el hacer valer la visión desde el otro lado de la memoria, tal como planteas pero no lo hemos exigido con suficiente fuerza y/ o convicción. Mas nunca es tarde.

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