Bachelet y el Muro

Bachelet y el Muro                                                                                                                                                               Publicado en El Libero 30/10/2014

por Monica Mullor

 El 9 de noviembre se conmemora el derribamiento del Muro de Berlín por el pueblo alemán y podría ser el día propicio para que Michelle Bachelet rompa su silencio cómplice con la dictadura de la ex República Democrática Alemana y las víctimas del comunismo. Para ello debe reconocer, clara y tajantemente, que las víctimas del totalitarismo y el autoritarismo no dejan de serlo por el hecho de que hayan sido avaladas por nuestros aliados o porque los culpables hayan sido los mismos que un día nos dieron protección.

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En Chile casi nunca se habla sobre los crímenes del comunismo y el Partido Comunista chileno nunca se ha hecho una autocrítica sobre su apoyo irrestricto a todos los horrores y matanzas cometidos por Stalin y otros dictadores similares. Pero no solo los comunistas chilenos callan, lo que no es sorprendente ya que seguramente no se han arrepentido de ninguna de las fechorías de las que, a través de su historia, han sido entusiastas cómplices. También calla Michelle Bachelet, que hace unos años se permitió congratular en carta abierta al Partido Comunista de Chile por sus cien años de existencia. En esa vergonzosa carta no hay una sola palabra de crítica a un partido que ha avalado tantos genocidios ni a una ideología, el marxismo-leninismo (que sigue siendo la ideología oficial del Partido Comunista chileno), que le ha causado al mundo más muertes que ninguna otra ideología.

Uno podría pensar que se trata solo de una conducta oportunista para agradar a un aliado político, pero no es así. Hay una historia de complicidad entre la presidenta Bachelet y los comunistas que debemos conocer. La presidenta de Chile se exilió junto a su madre, Ángela Jeria, en la República Democrática Alemana. Eran los tiempos de la dictadura de Pinochet y luego de algunos años regresaron a Chile. La madre de Bachelet, con evidente nostalgia, ha dicho posteriormente sobre la desaparición de la RDA: “Me dio pena porque, en primer lugar, se perdía un país que yo conocí  y que dejó de existir. Fue un ensayo interesante de haber logrado una sociedad más justa y equitativa”. Para ella la construcción del Muro de Berlín fue una decisión “correcta”.

Ángela Jeria justifica sus singulares opiniones diciendo lo mismo que decían los alemanes al descubrirse el Holocausto: “Yo nunca supe. Yo cómo puedo condenar (a la RDA) si nunca vi ni conocí gente allá que hubiera sido arrestada, que hubiera sido torturada, que hubiera sido detenida desaparecida, que estuviera presa”.

Pero más grave aún es el hecho de que, al parecer, tampoco su hija, Michelle Bachelet, supo ni vio nada ya que nunca ha manifestado su repudio por la dictadura comunista que un día la amparó. Notable y triste silencio, que nos dice cuanto puede cojear el tan manido discurso en defensa de los derechos humanos. En suma, ella no sólo fue sino que sigue siendo una “cómplice pasiva” de la dictadura comunista alemana.