El gasto público se come a Europa

AUGE Y CAÍDA DEL CUENTO SOCIALISTA 

por Mónica Mullor

UnknownvbfSUECIA: Entre 1960 y 1990 se duplicó el gasto fiscal, que pasó del 30 al 60% del PIB, y todo el crecimiento del empleo se dio dentro del sector público. Los derechos se multiplicaron y los subsidios se dispararon. Al final, casi daba lo mismo trabajar que no hacerlo. La mitad o más del salario de un modesto trabajador debía destinarse a pagar impuestos directos e indirectos. El triste despertar del pueblo sueco llegó a comienzos de los 90. Bastó una coyuntura difícil para que el Gran Estado se desmoronara: aumentó la cesantía, cayó la capacidad tributaria y el déficit público llegó al 11% del PIB en 1993. Luego vinieron los años duros, el recorte de los derechos sociales, las grandes reformas del sistema de pensiones, etc. La inflación de los derechos se pagó muy cara. Gracias a todos estos cambios, Suecia pudo enfrentar sin mayores inconvenientes la crisis de 2008, la que aún continúa en los países del sur europeo (España, Italia, Grecia y Portugal)

imagesgtESPAÑA: Con el temperamento latino y la desvergüenza de los socialistas, teniendo a la cabeza a Luis Rodriguez-Zapatero (incluidos los socialistas del Partido Popular) se provocó en pocos años el mismo perjuicio que en Suecia tomó décadas perpetrar. Los tiempos del despilfarro y del todo gratis español dieron lugar a muchas burbujas sociales. Universidad para todos y gratuita, atención sanitaria para el mundo entero, aeropuertos sin viajeros… en fin, tiró la casa por la ventana e hizo que se olvidase la relación existente entre deberes y derechos, entre esfuerzo y resultado. Su política fue la de promesas a destajo, de ofrecer múltiples derechos a la ciudadanía, como si fueran maná caído del cielo. Los socialistas dejaron España, en diciembre de 2011, un 11% de déficit y alrededor de 5 millones de parados. Hoy, los españoles saben que todo era un engaño, los derechos sociales sólo podían pagarse en situaciones de bonanza económica y con dinero prestado, no en tiempos de crisis.

Gráfico 1: Gasto fiscal de España a marzo de 2014 en porcentaje al GDP, en relación a los ingresos.

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imagesnjFRANCIA: Los franceses, hace ya unos años, rebajaron las horas de trabajo semanales, de 40h  a 35 h. Creyeron que las transferencias sociales serían estables, y que los  subsidios estaban asegurados para siempre. Se olvidaron que el trabajo es la fuente de la prosperidad. Con casi un 57% de gasto fiscal, el nuevo primer ministro de Francia, el socialista Manuel Valls, anunció hace unos días un drástico recorte en las jubilaciones, los subsidios sociales y la congelación de los salarios de los funcionarios en el marco de un plan para reducir el gasto público.

Gráfico 2: Gasto público de Francia a marzo de 2014 (57%), en porcentaje al GDP, en relación a los ingresos

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imageserPor todo ello, Michelle Bachelet me recuerda a los políticos suecos de la década de los 80 o a los españoles de hace no mucho, y también a los franceses cuando todo se resolvía diciendo «más Estado» y se prometían «derechos sociales» a diestra y siniestra, inflando las expectativas de unos votantes fascinados con ese Estado todopoderoso que les hacía creer que soñar no cuesta nada. La crisis de los países del sur de Europa, en especial la española, es una advertencia para Chile y los chilenos, un llamado a que no se dejen embaucar por argumentos populistas sobre las supuestas maravillas de los grandes Estados socialistas.

Fuente de los gráficos: perpe.es

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3 pensamientos en “El gasto público se come a Europa

  1. El Estado Chileno, debe asumir el error de los empresarios que, tomaron la educación chilena como un bien de consumo y, por otro lado, hacerse cargo de un sistema previsional que alimento al mercado de capitales y, no a cumplir su papel de dar pensiones a los trabajadores.

  2. Estimada Mónica, efectivamente la gran farra europea está teniendo un alto costo para sus ciudadanos, lo que sin lugar a duda les debe estar deparando una enormidad de carencias.

    Chile, bajo el gobierno de Bachelet, se apresta a dar curso a una anunciada reforma tributaria que contiene todos los ingredientes necesarios para correr la misma suerte que España. Queda claro qua al igual que los niños, la experiencia de sus mayores no es suficiente para no cometer los mismos errores.

    Lamentablemente, quienes más vulnerables son a los vaivenes de la economía serán los que sufran las consecuencias de esta errada política fiscal, por tanto estos eslóganes que han enarbolado como banderas de lucha, como el fin al lucro, educación superior gratuita para todos, aun cuando estén en condiciones de financiarla con sus propios medios, el término de la selección de alumnos para la educación de excelencia, que en la práctica significará la muerte de liceos emblemáticos, aumento de impuestos que finalmente deberán asumir quienes menos tienen, igualdad, pero nivelando hacia abajo, etc., son la crónica de una muerte anunciada.

    Teniendo Bachelet mayoría en el congreso y una oposición debilitada, me parece que solo la DC estaría en condiciones de frenar este descalabro. Pero, tendrá la DC chilena los cojones para levantar la voz ante estas nefastas medidas? Lo dudo, pero ruego estar equivocada.

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